ARGENTINA, 1985
Dirigida por: Santiago Mitre. Protagonizada por: Ricardo Darín, Peter Lanzani. Género: Biográfica. Crímen. Drama Clasificación: R — 4 de 5 Estrellas. Ya en Prime Video.
“Después de la caída de la dictadura, por allá de la década de los 80’s, un fiscal y su equipo son los encargados de enjuiciar a los altos mandos del ejército señalados por crímenes de lesa humanidad”.
Julio César Strassera sabe lo que va a suceder. Que pronto será asignado como el fiscal del juicio más importante en la historia de Argentina. También sabe las consecuencias que esto deriva: ponerse en contra de las fuerzas armadas, y de toda la gente que estaba a favor del régimen. No solo él, sino su familia estará en riesgo.
Por eso trata de evitarlo. Pero la presión es tan grande que no hay manera de hacerlo. Solo exige se cumpla un requisito: las cosas deben ser a su manera, y nadie más que su equipo se verá involucrado. Y así sucede todo. Esto desata el juicio más trascendente en la historia de aquel país, uno que lleva a un fallo que cambia por completo la historia de la democracia.
Esta película es una de las grandes favoritas para llevarse la estatuilla dorada de la Academia como mejor película extranjera. Si todo sale bien, yo creo que sí se queda con la presea. Y es que está muy bien hecha. De entrada, la cinematografía es genial, con unos toques de color que le dan esa vibra ochentera, casi como si hubiese sido filmada en 35 milímetros, usando un Kodak Gold 100. La dirección también es de primer mundo. El lenguaje de cámara es excepcional, y más cuando lo mezclan con tomas fabricadas con un efecto de video que le da un toque de imágenes transmitidas por televisión durante el proceso del juicio. Esto es crear el entorno de manera eficiente.
Pero lo que resalta aquí, más que cualquier otra cosa, son las actuaciones y el guión. De entrada, el guión tiene una estructura eficaz, que construye a los personajes y les detalla su arco para que naveguen durante la historia mientras se van ganando al espectador, y lo hacen cómplice de sus problemas y sus decisiones. De sus victorias y derrotas. A esto le sumamos que los papeles están interpretados impecablemente; que ningún otro más que Ricardo Darín es el elegido para interpretar tan importante personaje. Entonces terminamos con una combinación ganadora, de esas que producen historias que trascienden la barrera del tiempo, y que hacen que los nacionales se sientan orgullosos de su bandera.
A mí me encantaría ver alguna producción mexicana con esta calidad de guión. Esperemos que suceda en un futuro no muy lejano.