BOSTON STRANGLER
Dirigida por: Matt Ruskin. Protagonizada por: Kiera Knightley, Carrie Coon y Chris Cooper. Género: Crimen. Drama. Historia. Clasificación: R — 4 de 5 Estrellas. Ya en Star+
“Una ama de casa que trabaja de periodista en un diario de la localidad descubre las conexiones entre los distintos asesinatos ocurridos en la ciudad de Boston”.
Loretta McLaughlin es una mujer con un talento excepcional para escribir. Se siente desperdiciada ocupando un puesto en la sección de “estilo de vida” en el diario American Record, periódico en donde trabaja. Pero ahí está. Ahí sigue. Es su pasión. Después de una serie de asesinatos ocurridos en la ciudad, ella es la primera que descubre que existen similitudes entre los hechos. Entonces, McLaughlin convence a su editor de que la deje escribir un artículo exponiendo sus hallazgos. Lo logra, casi a regañadientes. Después de un par de entrevistas y ardua labor de investigación, Loretta descubre que no solo hay señales claras de que los asesinatos están relacionados, sino que, además, la policía de Boston está siendo negligente. La publicación dispara su carrera profesional, al igual que el repudio de la estación de policía y su comandante. Pero su talento es innegable, por lo que es asignada por su editor para hacer mancuerna con Jane Cole, una periodista veterana que ya conoce los menesteres del oficio. Juntas encuentran un enfoque distinto a los acontecimientos, y poco a poco van descubriendo la realidad de los terribles asesinatos que cimbraron al país entero por allá de los años 60’s.
Una producción de un nivel que bien podría haberse estrenado en salas de cine y haber sido un éxito de taquilla. Una prueba fehaciente de que los servicios de streaming ya están a la altura de la cúspide de Hollywood, y que la industria continúa evolucionando.
La dirección está meticulosamente bien cuidada, hasta el más mínimo detalle. Es un deleite ver la recreación de la ciudad de Boston en aquellos años. Esto nos permite profundizar en la historia libremente y hacernos partícipes de dicha etapa en el tiempo. Con un lenguaje cinematográfico inteligente, Matt Ruskin mantiene nuestra completa atención desde la primera imagen y hasta el inicio de los créditos, para después dejarnos reflexionando sobre acontecimientos reales que superaron la ficción. La fotografía está al dente. Con un contraste que resalta los colores oscuros, nos regala una vibra muy atinada. Perfecta para una historia de esta naturaleza.
El guion—también obra de Ruskin— está estructurado de manera que logra presentarnos poderosamente a los personajes, para después dosificarnos estratégicamente su camino a través de aguas pantanosas. Nos atrapa. Nos hace sentir por ellas. Queremos verlas triunfar y nos preocupa lo que les sucede. Al mismo tiempo no descuida su entorno, y construye una ciudad y sus desasosiegos, todo desde el punto de vista de un periodismo audaz, como ya no existe hoy en día.
El reparto, en general, es un gran acierto. No hay nadie fuera de lugar, o que nos cause distracción y nos aparte de la historia. Kiera Knightley y Carrie Coon poseen una química tan extraordinaria que hacen honor a las periodistas de la vida real. Chris Cooper, como el editor, le da un grado de credibilidad a la historia como pocos lo pudiesen haber hecho. Bien ahí.
Cualquiera que no conozca la verdadera historia del estrangulador de Boston podría juzgar, después de ver esta versión, que la historia está inclinada hacia el enaltecimiento de la mujer, producto de todo lo que está de moda hoy en día. Aquí las mujeres son grandes y poderosas, y no se limitan a ser amas de casa y complacer a sus maridos. Pero la realidad es que los hechos fueron así, tal cual. Existen esas dos periodistas talentosas que resolvieron el caso cuando ni la policía ni otros periodistas pudieron hacerlo. Y fue precisamente su tenacidad y su convicción lo que las llevó a las alturas. Ambas son ejemplo de vida.
Y así, querido lector, es como creo yo se deben de hacer las cosas. Me refiero al tema de la inclusión y la diversidad. No sirve de nada forzar algo que no es, o inventarse una historia sacada de la manga, sin pies ni cabeza, para vendernos la idea de que la mujer es igual o mejor que el hombre en ciertas cosas. Basta con explorar el pasado para darnos cuenta de que así ha sido siempre, y que existen grandes ejemplos de ello en las páginas de la historia. Esta cinta es confirmación de este argumento, y termina siendo un gran acierto en todos los sentidos.
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