MUERTE MUERTE MUERTE

Dirigida por: Halina Reijn. Protagonizada por: Maria Bakalova, Amanda Stenberg, Pete Davidson. Género: Comedia. Horror. Clasificación: R 1.5/5 Estrellas.

“Un grupo de amigos se reúne en una mansión para tener una fiesta y jugar un juego que, sin saberlo, desatará una ola de asesinatos que nadie ve venir”.

Una película diseñada desde su concepción para atender a una generación que gusta de vivir en una realidad que no es la del resto del planeta. Me sentí como si toda la función la hubiese experimentado en la aplicación de Tik-Tok.

De entrada, esta historia no propone nada nuevo... es la típica premisa de un grupo de amigos que se reúne a tomar y disfrutar de algún par de estupefacientes y que, uno a uno, comienzan a aparecer sin vida. Normalmente, quien disfruta de este género —que es mi caso— suele pasar esa repetición por alto. El problema aquí es que ni si quiera se dan a la tarea de escribir algo fresco o entretenido. El guión es básicamente un panfleto de inducción al movimiento WOKE, este mismo que está acosando a los pre-adolecentes en los EUA con sus sin sentidos y necedades. Literalmente utilizan —varias veces— el diálogo: "Me siento ofendida".

Y hablando de ellos, los diálogos no solo son aburridos y tediosos, sino que llegan hasta el punto en que te quieres salir de la sala para tomar tantito aire fresco. Y, para su desgracia, el gran problema de esta cinta es que, fuera de dos o tres escenas de asesinato y gore que podrían ser bien recibidas, casi toda está sustentada con diálogos que pareciera fueron escritos por un programa de inteligencia artificial.

Para que una película de estas funcione —donde los personajes mueren uno tras otro— primero necesitan construirlos de tal manera que nos interese lo que les pueda suceder. Este no es el caso. Aquí hasta da gusto cuando llega el momento de que al siguiente le toca perecer.

Otra mala decisión que viene desde el guión es que, en algún momento de la historia, por ahí de los 30 minutos, se va la luz en la mansión, y eso hace que el resto del tiempo, todo, vivamos en penumbras a manos de un director de fotografía que no está lo suficientemente experimentado como para crear una atmósfera interesante con esas carencias.

Puedo entender que esta película tenga un nicho de audiencia que la va a disfrutar, pero creo que ese no será el caso en las salas de cine mexicanas.

¡EISH!