NADA QUE VER
Dirigida por: Kenya Marquez. Protagonizada por: Fiona Palomo, Guillermo Villegas y Rebecca Jones. Género: Romance. Comedia. Clasificación: PG — 3.5 de 5 Estrellas. Ya en Cines.
“Un enfermero que se acaba de quedar sin trabajo es contratado para cuidar de una mujer que ha perdido la vista”.
Carlos es un enfermero muy peculiar. Tiene una buena actitud para con sus pacientes, pero, no necesariamente se porta igual con la autoridad. Esto le cuesta quedar desempleado. De su liquidación, le pagan con un artefacto para el que no tiene uso. Por eso se lanza a un negocio de empeño, en donde le dan míseros doscientos pesos por la mercancía. Todo pinta mal para Carlos, hasta que, ahí mismo, en la fila para ser atendido, se topa con Susana, quien le comenta que en la residencia donde trabaja están contratando a alguien para atender a una persona. Juan asiste a la entrevista y se queda con el trabajo. Ahí comienza una relación de amor y odio con Paola, su paciente, una jovencita que meses antes perdió la vista, y se encuentra en lista de espera para recibir un par de corneas que le cambiarán la vida.
Yo la disfruté muchísimo. Es una historia que te contagia de su buena vibra, al mismo tiempo que te saca varias carcajadas. Trae un toque muy humano, y es de esas que te dan lecciones de vida en los pequeños detalles.
Las actuaciones son de un nivel bastante por encima del promedio. Aquí nuestros dos protagonistas nos regalan una clase magistral de cómo interpretar un personaje sin caer en el melodrama barato, y eso se agradece muchísimo. Fiona Palomo es un gran talento, que logra vendernos la idea de que en realidad está ciega. Eso no cualquiera. Inclusive en cintas con grandes presupuestos Hollywoodenses, los actores fallan en ese aspecto. Pero aquí no. Aquí Palomo lo hace impecable.
Y no se diga del talento y la elocuencia que Guillermo Villegas añade a la mezcla. El señor es un talento nato, que trae un ritmo y una esencia que ni mandada hacer para la comedia. Me recuerda a grandes personalidades del género como Tin Tan, o inclusive el mismísimo Mario Moreno “Cantinflas”. No, no le estoy exagerando. De mi se acuerda. Para allá va.
Lo que sí le resta un poco de puntos es la dirección. Aquí sí falla. Uno podría decir que Kenya Marquez no trae las tablas necesarias para un proyecto de este tamaño, o que simplemente no tiene la sensibilidad necesaria para una historia de comedia. Aunado a esto, la edición también deja mucho qué desear. Es esta combinación de factores (dirección y edición) que le afecta al producto final, pero la realidad es que no le afecta lo suficiente como para que no sobresalgan sus puntos a favor, que son muchos.
La premisa es bastante original, considerando que nuestro cine mexicano está lleno de comedias simplonas e historias de narcos. Aquí, para fortuna del espectador, nos deleitan con algo fresco y se alejan de los clichés. El guion se nota que está escrito por profesionales, pues la estructura es sólida, la construcción y el desarrollo de personajes es eficiente, y los diálogos son lo que deben ser. Bien ahí.
Ahora, sí tengo qué decir que, quizás, me hubiera gustado otro final. Pero esa ya es una opinión muy personal, y es completamente subjetiva. La cosa ahí ya es de gustos, no de forma.
Al final, Nada que Ver es una película para disfrutarse en pareja o en familia. Con ella van a pasar un buen rato y salir contagiados de su buen humor. El cine mexicano va por muy buen camino.