SAYEN
Dirigida por: Alexander Witt. Protagonizada por: Rallen Montenegro, Enrique Arce, Roberto García. Género: Acción. Clasificación: PG-13 — 2 de 5 Estrellas. Ya en Prime Video
“Tras el asesinato de su abuela, una mujer de la comunidad Mapuche intenta cobrar venganza contra los responsables”.
Sayen regresa a su pueblo y visita a su abuela, una mujer que es dueña de una enorme tierra en las montañas en donde vive la comunidad Mapuche. Es justo durante su visita que, de pronto, un grupo de empresarios, liderados por un geólogo chileno, visitan la casa de su abuela para hacerle una oferta económica por sus tierras. La respuesta de la señora es un tajante NO. Pero Sayen, que por alguna razón que no nos explican desconfía de aquellos intrusos, los espía en su regreso al campamento. Es ahí donde la joven descubre que aquellos hombres quieren explotar la tierra para extraer un mineral que los puede convertir en millonarios. Sayen graba todo con su celular, y ahora tiene la evidencia que necesita para convencer a su abuela —aunque ya está convencida— de despachar a los visitantes y no vender sus tierras. Pero, en un descuido, Sayen es descubierta y perseguida hasta la casa de su abuela. Ahí, tras enfrentarla, el grupo de empresarios de pronto se torna en un grupo de mercenarios y comienza una persecución para que Sayen no revele sus secretos.
La publicidad se ve muy bien. El diseño del poster es llamativo. Me recordó a Prey, la última de la saga Predator. Pero nada tiene qué ver con la calidad del producto, se lo aseguro. Se lo digo para que no le suceda lo que a mí, y no se vaya con la finta.
Y es que esta producción tiene más errores que aciertos (que sí tiene algunos). Empezando por la calidad de producción. Las imágenes no se ven uniforme. Los interiores y los exteriores pareciera que son de películas distintas, y eso dice mucho del nivel de fotógrafo que contrataron. Al ser grabada en las montañas, la cinta tiene buenos paisajes de los ríos y bosques. Pero hasta ahí.
La dirección deja mucho que desear. Me es difícil de creer que es el mismo director que hizo Resident Evil: Apocalypse. Lo digo porque de pronto uno pudiera pensar que esta película se parece mucho a una producción de los hermanos Almada, en los años 70’s.
El guion también tiene serios problemas. Aquí pecan y vuelven a pecar de que dicen todo y no enseñan nada. Quieren contarnos la historia a través de los diálogos, y no a través de lo que sucede. También tiene errores de congruencia. Por ejemplo: después de que Sayen graba con su celular la conversación en donde nuestros antagónicos discuten a detalle su plan malévolo, la joven sale a escuchar su grabación, muy quitada de la pena, exponiéndose a ser vista por el primer malhechor que salga de la tienda de campaña. Y claro, adivinó usted, así sucede. Y como esas hay muchas más deficiencias, pero escribirlas me tomaría varios miles de palabras.
Otro de sus defectos es que es demasiado predecible. Desde que asesinan a la abuela uno sabe lo que va a suceder, y no hay ningún giro o finta que nos distraiga o nos haga mirar hacia otro lado. Nada. Si a esto le sumamos que en ningún momento se tomaron el tiempo de construir a nuestra protagónica de manera en que nos interesemos en ella, entonces la película se vuelve un martirio. En mi caso así fue. Ya quería que se acabara.
Eso sí, uno tiene qué agradecer el intento por contar historias nuevas, lejos de lo que nos tienen acostumbrados en América Latina. Si los realizadores continúan por este camino, en algunos años seguramente nos podrán brindar una historia decente.