STRANGE WORLD
Dirigida por: Don Hall y Qui Nguyen. Protagonizada por: Jake Gyllenhaal, Dennis Quaid y Gabrielle Union. Género: Animación. Aventura. Acción. Clasificación: PG — 3.5 de 5 Estrellas. Ya en Cines.
“Padre e hijo que funcionan como equipo de exploradores se separan y cada uno se va por su lado. 25 años después, se vuelven a reunir, ahora con el objetivo de salvar su mundo”.
Una historia acerca de lo complicada que puede ser la relación padre e hijo, sobre las relaciones de familia en general, y sobre nuestros sueños a futuro, todo contado detrás de un escenario visual espectacular.
Y es que lo mejor de esta cinta es su propuesta visual, sin duda, y lo creativo de su mundo. Aquí echan a volar la imaginación y nos muestran un mundo fascinante listo para ser explorado. De pronto hay silencio en la sala pero, no por otra cosa sino porque las imágenes lo dejan a uno en un momentáneo estado de impresión. Al menos eso me sucedió a mí.
Pero donde falla un poco es en el guión, y en el desarrollo de sus personajes. Y es que, de pronto, las situaciones que los enfrentan podrían parecer un poco sin sentido, y sus reacciones a ciertas acciones también dejan mucho qué desear. Una discusión de familia que pareciera no ser trascendente, de pronto se vuelve algo que tiene consecuencias por muchos años.
Otra de las faltas del guión es que las soluciones a los problemas caen del cielo, envueltas para regalo. Si algo hace bueno a un personaje, según las reglas de guionísmo, es su habilidad para enfrentar la adversidad y la manera en que soluciona lo que lo aqueja. Aquí eso no sucede del todo pues, pareciera que el universo conspira en favor de nuestros personajes para que todo les salga bien, y no se tengan qué despeinar para salir adelante. A eso se le llama: lazy writing (escritura floja).
Fuera de eso, el resto de la película es muy buena. Tiene buenas escenas de aventura y acción, y alguno que otro chiste que sí saca la carcajada en la sala.
Eso sí, el final es tan bueno que elimina cualquier detalle que pudo haberle restado puntos. Aquí se nota que los escritores —o mejor dicho, los que crearon la premisa— sí le echaron cabeza. Porque nos recetaron un giro que no se veía venir, y lo hicieron con estilo, y con mucha mucha imaginación.