TANGO, TEQUILA Y ALGUNAS MENTIRAS.
Dirigida por: Celso R. García. Protagonizada por: Cassandra Sanches Navarro y David Chocarro. Género: Comedia. Romance. Clasificación: R — 2 de 5 Estrellas. En Prime Video
“Una estafadora milenial con ínfulas de influencer de Instagram engaña a sus mejores amigas para ganarles una apuesta de ver si puede conquistar al galán borracho que se encuentra bebiendo en un bar”.
Lu es una estafadora en potencia. Toda su vida, la cual se rige por la frase: fake it until you make it, es un completo engaño. Y así tiene a sus dos mejores amigas —unas que acaba de conocer no hace más de un año, en el bar donde ella trabajaba de mesera y ahora es socia— creyendo que en cualquier momento les paga su parte de las acciones, aunque no tiene un solo peso a su nombre. Una noche, charlando detrás de la barra, las tres chicas observan a un joven apuesto ahogado en alcohol. El pobre tipo no puede ni ponerse de pie. Entonces se les ocurre la gran idea de apostar si Lu es capaz de conquistarlo; así, en ese estado. Y ponen en juego la deuda del pago de las acciones de Lu. Es decir: Si lo conquistas, ya no tienes que pagar lo que nos debes. Si no lo conquistas, te quedas trabajando en el bar, pero ya no eres socia.
Esa noche Lu comete lo que en cualquier otra situación sería prácticamente una violación (ahí le encargo si la cosa fuera al revés, y la borracha fuera una mujer y la apuesta la hicieran tres hombres)… se lo lleva a su cuarto de hotel a rastras, casi inconsciente, y ahí tienen un acostón. Pero a la mañana siguiente el tipo desaparece sin dejar huella. Bueno, le deja un poema escrito en una hoja recortada, pero eso es todo. A falta de pruebas para demostrarles a sus amigas que conquistó el corazón del argentino (sí, es argentino y estaba de visita relámpago por la ciudad) Lu decide viajar a Argentina (no sabemos cómo, pues no tiene un peso a su nombre y los boletos no son gratis) para continuar su odisea de la conquista. Para conveniencia de Lu, el argentino olvidó su cartera con todas sus credenciales y datos en el cuarto de hotel, así que encontrarlo no le será difícil.
Es ya en aquel país donde lo encuentra y comienza la aventura de conquistar a quien resulta ser el heredero de una gran fortuna, pero que tiene la desdicha de tener una madre muy imprudente y de sangre más pesada que un piano. Con la ayuda del tío de una de sus socias, quien convenientemente vive allá, Lu y Tona, en complicidad con el mismísimo argentino, engañan a la madre de este para hacerle creer que en unos días estos dos contraerán matrimonio.
Sí, así tal cual lo leyó es la trama. Absurda, sin sentido, y muy banal. Todo está mal. Inclusive la motivación de nuestra protagónica y su arco general, el cual ni siquiera tiene pues, ella inicia y termina la historia siendo exactamente la misma persona. No cambió o aprendió nada. Fallo elemental de guion.
La producción, en general, no está mal. Las escenas filmadas en Argentina, que son la mayoría, son de buen nivel, comparadas con las filmadas en México, dentro del bar, que parece set de telenovela de televisa de los años 90’s.
Las actuaciones, hasta eso, tampoco están mal. Cassandra Sanchez Navarro tiene talento. Trae tablas para la comedia. Lo único que le falta es un buen guion. David Chocarro, el argentino, tampoco lo hace nada mal. De hecho, no se puede negar que entre ambos hay buena química. Las que sí están de más, y podrían ser borradas de la historia y no pasa nada, son Ximena Sariñana y Pilar Santacruz. Y no porque ellas sean malas, sino porque sus personajes son insoportables y están mal escritos, con todo y que son “las buenas” de la historia.
Al final esta es una película aburrida y muy mal escrita. El personaje de Lu es tan malo que nos es imposible empatizar con ella, o querer verla triunfar. Y cuando lo hace, las cosas suceden tan a la suerte y de manera tan absurda que no le compramos la victoria. Si queremos que la producción de cine mexicano mejore, hay que evitar este tipo de contenido como uno evita un estornudo en el supermercado.