VIOLENT NIGHT
Dirigida por: Tommy Wirkola. Protagonizada por: David Harbour, Beverly D'Angelo y John Leguizamo. Género: Acción. Comedia. Crimen. Clasificación: R — 4.5 de 5 Estrellas. Ya en Cines.
“Un Santa Claus que se encuentra desmotivado y cansado de su trabajo, se topa con la oportunidad de salvar a una familia secuestrada por un grupo de mercenarios la noche de navidad”. Qué premisa tan maravillosa.
Esta es, por mucho, la película de navidad más divertida que he visto en mi vida. No, no estoy exagerando. Porque, aunque pareciera que no, sí trae el espíritu navideño bien marcado. El guión está muy bien pensado, y embona perfecto con sus escenas emotivas y de acción. Te saca carcajadas y luego te pone sentimental. Es así de buena.
La premisa es muy original, y no se parece nada a lo que hemos visto antes. El guión está hecho a mano, y excede toda expectativa que uno puede tener al entrar a la sala. De entrada porque se toma el tiempo de presentar a los personajes y exhibir sus necesidades. Eso genera que nos interesen y les prestemos atención. Pero aquí no solo estoy hablando del protagónico, sino de todos los involucrados. Eso no es fácil de hacer, y aquí lo logran de manera impecable. Sabemos qué le hace falta a Santa, y por qué se ve obligado a hacer lo que hace. Lo mismo sucede con nuestros villanos. Eso siempre suma buenos puntos.
Luego, ya en el desarrollo de la historia, nos llevan de la mano hacia una aventura emocionante y divertida, con escenas violentas pero graciosas, que te sacan la carcajada a pecho abierto. La sala de cine donde me tocó verla parecía estadio de fútbol, celebrando las escenas que tan satisfactoriamente nos recetaron.
David Harbour (Stranger Things) es Santa Claus, y nunca te queda duda. Pero es un Santa muy realista, con sus defectos, virtudes y dudas que, en el fondo, sigue siendo ese papá Noel que todos conocemos: cariñoso, cálido, amoroso y noble. De verdad le crees, con todo y que tiene qué reventar algunas cabezas para lograr su cometido.
Al final, esta cinta no deja de ser una historia de temporada, con sus secuencias cálidas que nos hacen querer juntarnos al rededor de la chimenea con un chocolate caliente.
P.D. Tenía mucho tiempo de no disfrutar tanto una película en el cine. En esta ocasión lloré de la risa.